El verdadero Bespoke

 El verdadero Bespoke

Los términos y conceptos en la sastrería, como en todos los ámbitos, sufren de constantes cambios, actualizaciones y muchas de las veces malinterpretaciones.

En la actualidad vemos un creciente auge en la moda de lo “artesanal” y de lo “hecho a la medida”, y como resultado, el constante nacimiento de sastrerías y/o negocios a la medida por la ciudad, el país y el mundo. Es claro el atractivo en estos conceptos y, como consecuencia, es clara la desinformación.
En donde más se ha dado a notar esa falta de claridad es en el término bespoke, concepto usado a diestra y siniestra; tanto por conocedores como por principiantes, tanto en negocios de mucha trayectoria como en los que están naciendo; el término llama, endulza el oído, evoca un imaginario y fomenta un ideal pero…

Entonces ¿Qué es bespoke?

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Experiencia

El bespoke es el grado máximo de especialización y personalización en una prenda para el cuerpo humano; por ello es obligatorio que un maestro sastre con una gran trayectoria y experiencia, sea el que trace y corte dicha prenda, en SOLITO, por ejemplo, nuestro maestro cortador cuenta con más de tres décadas de experiencia haciendo sastrería, por lo que su experiencia respalda nuestras prendas y hechura.

Como dato cabe apuntar que en términos generales una persona pasa de aprendiz a sastre en alrededor de ocho años (haciendo experiencia en todos los ámbitos necesarios de construcción; armado de sacos, pantalones, camisas, chalecos, composturas, enmendaduras, planchados, puntadas, armados de prueba y mucho más), y tarda otros dos años más para pasar de sastre a maestro sastre (momento en que refina sus habilidades de trazo y corte). Y ahí no termina la travesía, ya que la sastrería, como todo arte, requiere de un constante aprendizaje, y es así como el maestro sastre, a lo largo de los años, continúa puliendo su maestría y excelencia. 

Haciendo cuentas podemos decir que al menos son requeridos diez años de trayectoria, constancia y dedicación para que un sastre pueda colgarse el título de maestro; es por ello que lo primero a hacer cuando escuchamos el término bespoke en uno de nuestros próximos encargos es preguntar ¿Quién traza mi prenda? ¿Cuál es su grado de experiencia?

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Personalización

El cuerpo humano no es simétrico, hay quienes tienen un brazo un poco más largo que el otro, la cadera un tanto ladeada, los hombros altos o bajos, etc. Todos esos detalles, desde la toma de medidas, se consideran en un traje bespoke para que la prenda, sobre el cuerpo del cliente, quede perfecta.

El mayor grado de personalización no es sólo poner las iniciales de alguien, es pensar, desde que se toma el encargo, cómo es el estilo de vida de la persona, cómo usa las prendas, en dónde se desarrolla, cómo habla, cómo gesticula; porque la prenda debe de responder a eso. No será lo mismo confeccionar un traje para un banquero, que un traje para un arquitecto, cada uno requerirá de su personalización, que pasará desde la elección de los tejidos y complementos, hasta el tipo de trazo y tratamiento en la construcción de la prenda. Por ejemplo, un traje que va a ser usado por algún amante de la velocidad (automovilismo), en el que el movimiento de los brazos hacia adelante es constante, requiere de pensar desde el trazo en una amplia movilidad en la sisa y en un alto grado de trabajo de plancha (hablamos de hasta ocho horas), en la espalda, para darle elongación a la tela en el movimiento de los omóplatos. Ergonomía en todo el sentido de la palabra.

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Antropometría

Entonces, para responder a los movimientos del cuerpo humano y buscar la mayor comodidad posible al usar la prenda es indispensable un estudio arduo del cuerpo humano y sus proporciones, para que através de este se busque sacar el máximo provecho a la tela y armonizar su relación con el cuerpo; pues en última instancia el sastre bespoke lo que hace es convertir un objeto de dos dimensiones en un objeto de tres dimensiones, esculpiendo el textil sobre el cuerpo del cliente, un verdadero arte.

Por lo anterior no es de extrañar que, con su debido respeto, el maestro que haga la toma de medidas, analice con detenimiento el cuerpo del cliente y haga preguntas básicas, como si este tuvo algún accidente aparatoso, operación en los huesos, etc. Asimismo se dará el tiempo de tocar y sentir, en especial, la prominencia de los omóplatos, los hombros, las clavículas y el pecho. Ya que toda esa información será muy útil para el trazo de la prenda y la búsqueda de la perfección de la misma.

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Artesanal

Cómo comentábamos al inicio del artículo, el grado de trabajo artesanal juega un papel muy importante en el bespoke. Poniendo un poco de contexto, bespoke es un término que nace en la meca de la alta sastrería, Inglaterra, y que surge cuando nace la ropa como la conocemos hoy en día; entre los 1900 y los 1910, recordemos que en esos años no existían las máquinas y mucho menos la industrialización, por lo que la confección enteramente a mano era el común denominador, es de ahí, y manteniéndose fiel a la premisa de su nacimiento, que el bespoke se erige como la máxima en el trabajo artesanal de una prenda.

Hoy en día, para que una prenda bespoke sea llamada así requiere de al menos un 85 % de trabajo a mano en la prenda. Trabajo a mano que se ve reflejado en el armado de las mangas, los hombros, los cuellos, las solapas, los filos, los forros, etc. Si nos acercamos detenidamente a una prenda bespoke podremos ver la infinita belleza y detalle de un trabajo totalmente artesanal.

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Materiales

La materia prima juega un papel muy importante en una prenda bespoke, pues si hablamos de que el trabajo artesanal, de conocimiento y experiencia, es catedrático en cada una de las prendas, entonces los materiales deben tener coherencia con eso; por lo que como premisa el material debe de ser 100 % natural, trabajado con la máxima dedicación y empeño, lo que dará como resultado una materia prima de lujo que haga honor a las manos que la van a trabajar.

Y cuando nos referimos a la materia prima no sólo hablamos del tejido exterior, sino también de todo lo interior; las hombreras, los forros, las entretelas, los plastrones, los rolinos, las guatas, los hilos, los botones, los agremanes, los crines, en fin, cada una de las piezas que forma parte de la compleja construcción de una prenda bespoke es escogida con detenimiento y a conciencia y, por consiguiente, trabajadas con el máximo respeto y entrega.

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Detalles

No hay límites en el bespoke, se puede personalizar y elegir hasta el más mínimo detalle de la prenda; la imaginación del cliente es el único límite. Los cantos, las solapas, los cuellos, las mangas, los bolsillo, las caídas, las amplitudes, es posible moldearlo todo en el verdadero bespoke. Nuestra invitación es: no te quedes con el color del hilo y la forma del botón, explorar y jugar con las prendas es el máximo regalo de la experiencia bespoke.

Por citar un ejemplo; una chaqueta de caza requiere de detalles muy especiales que jamás encontraríamos en las tiendas de moda; bolsillo amplios de carga, refuerzos en los hombros para cargar el arma, cinturón en la espalda para ajustar la cintura, fuelles en los omóplatos para permitir el movimiento al empuñar el arma, etc.

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Trayectoria

Tratar con el cliente, conocer de las telas, saber cómo responden las medidas, entender cómo funciona la moda y un sinfín de conocimientos que se van aprendiendo con los años, son una necesidad en el bespoke; pues no sólo se requiere que el maestro sastre cuente con una amplia experiencia, también el lugar debe de presumir de una larga trayectoria, ya que a través de él es que se va puliendo la verdadera excelencia y haciendo honor a la prenda, y al imaginario del verdadero bespoke.

Con el gusto de siempre,
Equipo SOLITO